
DANZA SONORA
Instrumentos: voces, flauta travesera, clarinete, saxo alto, saxo tenor, saxo barítono, trompeta, trombón, mandol, piano, contrabajo, percusión y batería.
7’37”

Es ésta una Danza que empieza insinuando una melodía de escurridiza identificación; paso lento, íntimo, piano casi solo... para luego ir sumando elementos, instrumentos, velocidad... la línea melódica se desdibuja, se vuelve a dibujar...
El tema se instala en un ágil 5/4 arrancado por el piano. Se van sumando capas e intensidad hasta que la sección se relaja en un 3/4 con una melodía de las voces. Recuperamos el 5/4 para un solo de voz, en atrevido y brillante scat jazzístico, que nos lleva a un altiplano iniciado por la batería, donde un dúo vocal, nos descubre la melodía de Enrique Granados que ha dado origen a todo el tema. Un último impulso a modo de fiesta instrumental nos lleva al final.
Óleo y técnicas mixtas sobre lienzo.
65x100cm
Prado de Fata: Danza Sonora, y su miniatura, Miniatura Sonora, están estrechamente inspiradas en el texto de la canción Danza Sonora. Éste es altamente visual y evocador, y he escogido centrarme en frases tales como “suena la canción para despertar [...] bajo la luna la noche danza [...] y la luz vuelve a brillar en la sombra. Suena la danza y se acaba la oscuridad [...]"



Alicia se hallaba muy feliz tras la consecución del premio y la presencia de su amiguito que tranquilo y descuidado se daba un festín con las migas de las magdalenas que ella había depositado sobre la mesa. Atrás quedaron las muchas horas de esfuerzo baldío y frustraciones diarias al no quedar satisfecha con los movimientos que ideaba y ejecutaba.
Muchos días de decepción, de fiascos repetidos sin poder quitarse el desánimo hasta que la inspiración llegó a su ventana en forma de canto y movimiento maravillosos. No se podía quitar de la memoria cómo aquel ser diminuto llamó su atención con aquel sonido armonioso de largos trinos agudos asociados con otros sonidos que más bien parecían reclamos pero que estaban perfectamente encajados en todo el conjunto sonoro y cómo aquella demanda fue acompañada de toda una serie de expresiones corporales componiendo una extraña danza acompasada con el canto que salía de su garganta y de la que sacó su inspiración para crear la magnífica, en palabras del tribunal, danza de fin de carrera premiada.
Nunca podría agradecérselo suficientemente a aquel animalito que había hallado herido en el jardín de su casa. Recordaba cómo lo recogió, curó y cuidó durante muchos días y cómo éste permanecía atento, observando desde su cestita, las evoluciones que realizaba frente al gran espejo de la pared y que cuando acababa entraba en un estado de decepción y desencanto que sólo desaparecía al observar los tiernos ojos del ave que parecían comprender su situación. También recordaba con tristeza cómo se tuvo que desprender de su compañía cuando se curó y quiso volar por la habitación golpeándose frecuentemente con las paredes.
Estaba contenta y feliz. Su trabajo había sido bien considerado y había iniciado una relación diaria entrañable con aquel ave de pico amarillo desde que lo soltó ya que todos los días aparecía a la misma hora en su ventana y retomaba el ritual de aquella danza sonora que tanta satisfacción le había dado. Todos los días abría la ventana, el pájaro entraba y se posaba sobre la mesa a la espera de que su compañera desmigara algunas galletas o magdalenas. Tras finalizar su festín, se dejaba acariciar y volvía a salir por la ventana hacia su libertad.

A la transparente hora del silencio
una voz se enrosca en el corazón,
tantea un pecho cerrado
y sale como un sonido suave de viento.
Todos la escuchan en la noche,
Todos se sienten debajo del tiempo
Cuando toma la forma de lo fraterno.
Lo humano llega dibujado
sobre una blanca pared arrancada a la vida.
Un dibujo que nadie ha trazado,
un sueño que se cuela en el alma,
una caricia enredada en los cabellos al viento,
una canción vertida en manos no temerosas.
Todo eso es la voz que va rizando la noche.
Alguien, de puntillas, sale de ella
Quedándose inmóvil como una estatua.
Siente que ha salido de sí mismo
y deja caer su cuerpo en la danza
como una hoja de otoño.
La noche insiste.
Sombras de hombres y mujeres enredadas
ruedan por la tierra proclamando
un cántico que viene de lejos.
Sonrisas y voces,
cuerpos preguntando a la noche
por qué la luna da su forma a lo humano.
Otra voz nace de un presentimiento
raptado por unos labios abiertos a la vida.
Los cuerpos danzan desnudos de mundo,
la luna, sin túnica, cae sobre sus hombros
como polvo venido del cosmos.
La noche perdura, sienten su clamor.
No hay límite, la vida se hace música,
entra en la boca para calmar el alma
y emerge en una voz que se levanta sin pasado.
El futuro se esconde detrás del tiempo
y el presente se embellece lentamente.
Por la mañana la luz gritará
y la melodía se irá sin rencor.

LETRA
Rueda sin razón, en la oscuridad
círculos de voz a ningún lugar.
Suena la canción para despertar
danza el corazón sin mirar atrás.
Bajo la luna la noche danza
dejando el alma vacía canta
y la luz vuelve a brillar en la sombra.
Suena la danza y se acaba la oscuridad
y la razón no puede más que descansar
entre sus notas se agota el miedo por despertar,
no queda más de lo que huir.
Cuando el silencio se apaga en la oscuridad.